Entre “quehaceres” y tráfico se desenvuelve la vida del venezolano común. En vista de lo vital que resulta optimizar el tiempo, los desayunos en las colas y las lecturas en los centros de comida “rápida” son más comunes de lo que parecen. Quizás la diferencia sustancial entre el que vive la rutina amargado y el que no ha perdido la capacidad de acariciarle la espalda a la vida es la habilidad de apreciar los pequeños momentos. No es lo mismo refunfuñar porque la lluvia causará hidrofobia a las autopistas de Caracas que inmortalizar el instante en el que las gotas de agua caen como misiles en el charco, levantando el agua sucia como una micro explosión, para luego diluirse en lo que parece un festín de ondas que acrecientan su tamaño incesantemente. Es esa destreza para perpetuar instantes lo que hace de nuestra rutina algo menos convencional y despierta nuestra sensibilidad por la reflexión que, a su vez, es la responsable de los inventos y descubrimientos más importantes de la historia. Dicha inquietud no sólo ha sido dirigida a la ciencia, también hay quienes (para mí, los más osados) la “transforman” en arte. Este blog está dirigido para los curiosos, aquí no sólo podrán leer historias que por timidez sólo me atrevo a contar por escrito, tanto reales como “de mentira“; también podrán apreciar en “cámara lenta” las pequeñas cosas que la naturaleza nos obsequió y que los científicos se han dado a la tarea de explicar para nosotros, los curiosos.

lunes, 21 de marzo de 2011

¿Pastilla que cura el miedo?


Si al caminar en la noche por La Candelaria o por el Boulevard de Sabana Grande tu boca se seca súbitamente, te sudan las manos, tu corazón se acelera más que tus pasos, se te calientan las orejas, te comienza a doler la cabeza y un impulso desenfrenado de correr se apodera de ti probablemente esto signifique que eres harpaxofóbico. La harpaxofobia o “locofobia” es el miedo persistente al robo o a los ladrones. No quiero decir con esto que sentir miedo en esa circunstancia sea del todo irracional, pero sólo hay un 90% de probabilidades de que algo malo te ocurra.
Sé que tú, amigo lector, en algún momento has sentido que el miedo te paraliza. ¿Qué hacer, por ejemplo, cuando salir de tu casa significa poner a prueba tus nervios? Para escenarios similares un grupo de investigadores españoles desarrollaron un medicamento para reducir el miedo que sufrimos en situaciones extremas que, frecuentemente, generan la aparición de fobias o estrés  postraumático; con una dosis de 7,8-dihidroxiflavona se reducirá el terror significativamente.
Definitivamente esta pastilla no impedirá que te roben, pero te dará una “sensación” de tranquilidad al transitar por las calles durante las noches capitalinas. Las implicaciones de éste medicamento, especialmente en la industria del cine de terror, son harina de otro costal pero, en definitiva, significará un avance para la psicoterapia al garantizar el éxito en el tratamiento de pacientes que sufren de dichas patologías. Para finalizar, te dejo con esta reflexión: ¿y si me da miedo tomar medicamentos…?

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